El blog relata la historia de un tipo que acusaba a Pastas Gallo de estafar a los consumidores ya que había descubierto que sus sobres de sopa contenían todas las letras del abecedario excepto dos, la U y la W. A partir de esa curiosa observación el hombre se había puesto en contacto con el servicio de atención al consumidor de Pastas Gallo reclamando una explicación y, mientras esperaba respuesta, difundía su descubrimiento por Internet.
Antes de que la compañía pudiera responder, el efecto 'menéame' ya había contribuido a expandir el misterio de las letras desaparecidas por la blogosfera y la gente establecía muy diferentes hipótesis a la curiosa pregunta de: ¿por qué una marca como Gallo discrimina dos letras en su sopa de letras y por qué justamente esas?
Muchos se sumaron a la cruzada del blogger e investigaron en esa y otras marcas de pasta buscando explicaciones razonables al misterio de las letras desaparecidas. Otros vieron en el fenómeno una campaña de buzz marketing encubierta orquestada por Gallo. Incluso alguien se aventuró a pensar que aquello no era más que una iniciativa de una marca de pasta de la competencia para lanzar a partir del rumor una nueva marca de sopa de letras con todas, absolutamente todas, las letras del abecedario.
Como suele suceder en estos casos, el fenómeno acabó traspasando las barreras de Internet para difundirse en el ámbito de los medios tradicionales y el tema apareció en forma de noticia en radio, TV y prensa.
Finalmente, la Directora de Comunicación de Gallo desveló el misterio. En una carta dirigida al blogger, la directiva de Gallo dio la explicación técnica de la ausencia de las dos letras, e invitó al descubridor a visitar la fábrica para comprobar, 'in situ', el proceso de fabricación de la pasta y comprobar que no mantenían escondidas las dos letras por ninguna parte. Una curiosa historia con final feliz. El blogger consiguió un lote de productos, la marca difusión gratuita por Internet, y el público, ávido siempre de consumir historias impredecibles, un rato de distracción.
Total, que los usuarios nos siguen dando lecciones —o pistas— a los publicitarios de lo que son los nuevos caminos de la comunicación del futuro. De que se pueden construir historias sin necesidad de constreñirlas en un formato publicitario estándar; que la difusión no necesariamente se ha de pagar y que se puede invertir en medios sin invertir en medios —cosa que por cierto nunca nos dirán las agencias de medios—; y que, hoy por hoy, las marcas están expuestas a cualquier cosa y los dircoms deben andarse listos.
Antes de que la compañía pudiera responder, el efecto 'menéame' ya había contribuido a expandir el misterio de las letras desaparecidas por la blogosfera y la gente establecía muy diferentes hipótesis a la curiosa pregunta de: ¿por qué una marca como Gallo discrimina dos letras en su sopa de letras y por qué justamente esas?
Muchos se sumaron a la cruzada del blogger e investigaron en esa y otras marcas de pasta buscando explicaciones razonables al misterio de las letras desaparecidas. Otros vieron en el fenómeno una campaña de buzz marketing encubierta orquestada por Gallo. Incluso alguien se aventuró a pensar que aquello no era más que una iniciativa de una marca de pasta de la competencia para lanzar a partir del rumor una nueva marca de sopa de letras con todas, absolutamente todas, las letras del abecedario.
Como suele suceder en estos casos, el fenómeno acabó traspasando las barreras de Internet para difundirse en el ámbito de los medios tradicionales y el tema apareció en forma de noticia en radio, TV y prensa.
Finalmente, la Directora de Comunicación de Gallo desveló el misterio. En una carta dirigida al blogger, la directiva de Gallo dio la explicación técnica de la ausencia de las dos letras, e invitó al descubridor a visitar la fábrica para comprobar, 'in situ', el proceso de fabricación de la pasta y comprobar que no mantenían escondidas las dos letras por ninguna parte. Una curiosa historia con final feliz. El blogger consiguió un lote de productos, la marca difusión gratuita por Internet, y el público, ávido siempre de consumir historias impredecibles, un rato de distracción.
Total, que los usuarios nos siguen dando lecciones —o pistas— a los publicitarios de lo que son los nuevos caminos de la comunicación del futuro. De que se pueden construir historias sin necesidad de constreñirlas en un formato publicitario estándar; que la difusión no necesariamente se ha de pagar y que se puede invertir en medios sin invertir en medios —cosa que por cierto nunca nos dirán las agencias de medios—; y que, hoy por hoy, las marcas están expuestas a cualquier cosa y los dircoms deben andarse listos.
Para los curiosos...visitad el blog!!!
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